lunes, 19 de septiembre de 2011
"Los enfermeros llevaron a Cecilia al hospital del Bon Secours, en Kercheral y Maumee. En la sala de urgencias, Cecilia contemplaba, con un distanciamiento no exento de pavor, los intentos que hacían por salvarle la vida. Sus ojos amarillos no parpadearon ni tampoco se arredró cuando le clavaron la aguja en el brazo. El doctor Armonson le cosió los cortes de las muñecas y a los cinco minutos de la transfusión la declaró fuera de peligro. Tras acariciarle la barbilla, le dijo:
-¿Qué haces aquí, guapa? Si todavía no tienes edad para saber lo mala que es la vida...
Fue entonces cuando Cecilia dijo en voz alta lo que habría podido considerarse su nota póstuma, aunque en este caso totalmente inútil puesto que seguía con vida.
-Está muy claro, doctor, que usted nunca ha sido una niña de trece años.-"
de "Las vírgenes suicidas" (Jeffrey Eugenides)
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